miércoles, 3 de abril de 2013

'LA GATA SOBRE EL TEJADO DE ZINC' ARTE CLÁSICO, ARTE ETERNO.


'Cat on a Hot Tin Roof' 1958
Director: Richard Brooks
Reparto: Elizabeth Taylor, Paul Newman, Burl Ives, Judith Anderson, Jack Carson, Madeleine Sherwood...

Una de las claves de la obra de Tennesse Williams es que ofrece siempre un aire asfixiante y agobiante tan propio del sur de Estados Unidos, pero precisamente referido al calor propio del clima, si no más bien al provocado por la tradicional y obtusa mentalidad sureña.

'La gata sobre el tejado de zinc' (adaptación de la obra de Williams) es el más claro reflejo de esta sociedad cerrada y tan aferrada a guardar las apariencias, al hacer siempre lo correcto según imponen las normas sociales. Y lo hace a través de unos personajes que viven atormentados por las cadenas de la sociedad.


Para los que penséis que esta no es más que otra película de esas consideradas del cine clásico, os diré que os equivocáis, porque en su argumento hay temas más que actuales. Son temas de los quedan para siempre, temas cotidianos a pesar del paso tiempo. La familia. las falsas apariencias, los intereses personales, adornados con elementos como las mentiras, las frustraciones, las ambiciones, los reconres... No, no estamos ante un clásico que su historia hay que entenderla en la época en la que se hizo, no, la podemos trasladar a nuestro día a día.

La historia como ya he dicho se desarrolla en el entorno de acomodada familia sureña, en la que el patriarca, enfermo, se embarca en su trayecto final de vida, lo cual va a desatar tensas relaciones entre los miembros de su familia por la herencia. Uno de sus hijos, Brick (Paul Newman) despreocupado, apático y adicto al alcohol, se posiciona indiferente ante tal situación; su esposa Maggie (Elizabeth Taylor) no está dispuesta a ver como este sucumbe a su autodestrucción. El otro hijo, Cooper (Jack Carson) y su esposa (Madeleine Sherwood) se muestran como una pareja ambiciosa y oportunista.

Esa gata a la que hace referencia el titulo es por supuesto, la inigualable Elizabeth Taylor, que una vez más interpreta su personaje de manera formidable. Esa gata que se revuelve feroz sobre un tejado recalentado por sacar a su marido de su apatía y desprecio por cuanto le rodea, y arrastrado en una vorágine de autodestrucción. Marido interpretado magistralmente por un Paul Newman en estado de gracia (como siempre). La química entre ambos es asombrosa. Las miradas, los diálogos de gran profundidad y en los que saltan chispas en más de una ocasión. Sin lugar a dudas ellos dos se hacen con cada escena que interpretan o en la que aparecen. Brillan con luz propia, muy por encima del resto de actores, que aunque cada uno hace su trabajo como se espera de ellos, ninguno le hace sombra a la pareja.


Tengo que hacer una mención a parte de Burl Ives, que interpreta al Big Daddy (el padre) cuyo personaje resalta muy por encima del resto de secundarios, con un marcado carácter autoritario y soberbio, propio de quién ha estado al frente de toda sus obligaciones y responsabilidades toda su vida. Excelente.

Un poderoso guión que gracias a una fabulosa narración cinematográfica, la atención del espectador no decrece, casi me atrevo a decir que aumenta cada minuto que se acerca al final. Uso de una fotografía muy adecuada para el interior (el film esta rodado en estudio) y una iluminación muy clara que permite disfrutar con nitidez, no solo de las interpretaciones, si no de la sexy pareja protagonista. Los azules ojos de Newman y su brillo hipnotizan, enamoran.

No importa cuantas veces vea esta película, es como cuando miras una escultora que te fascina o una pintura que se apodera de tus sentidos; 'La gata sobre el tejado de zinc' es una obra que no conoce distinción de edades, o épocas, o lugares. El paso del tiempo no le afecta, porque es una obra de arte esencial, eterna.






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